Para muchas personas, las “patas de gallo” aparecieron un día sin advertencia. Muchos hombres y mujeres al cruzar la yarda 40 se miraron al espejo se preguntaron: ¿Esas arrugas junto a los ojos estuvieron siempre ahí?
Tal vez siempre se formaron esas arrugas entre los ojos y las sienes, pero antes desaparecían al relajarte. A partir de cierto momento ya no se fueron más.
No depende solamente de la edad, sino también de factores hereditarios y del tipo de piel de cada quien. Depende de si hubo maltrato por el sol y de otros diversos factores.
Para muchas personas, las “patas de gallo” se convierten en un problema porque afectan la apariencia de su rostro, les agregan años que afectan su imagen y sobre todo… ¡porque no les gustan!
¿Qué son y qué hacer?
Las “patas de gallo” son esas arrugas que se forman en los bordes externos de los ojos. Son resultado de la rigidez de los músculos que durante muchos años nos han ayudado a pestañear, a mirar y hasta a reír.
Con el tiempo, los músculos que están bajo la piel pierden su elasticidad, ya no vuelven a su lugar y permanecen contraídos.
Desde la década de 1980 se encontró una solución que se mantiene hasta hoy y ha sido aprobada por todas las agencias de medicamentos y drogas como el más eficaz remedio contra las arrugas: el Botox.
(Sigue este enlace para conocer las 10 preguntas más comunes sobre el Botox).
La verdad del Botox
El Botox está compuesto básicamente por una bacteria llamada Toxina Botulínica. Se trata de una sustancia que interrumpe los impulsos nerviosos que envía el cerebro a los músculos para que se contraigan.
Normalmente, el cerebro ordena a las células nerviosas liberar ciertas sustancias que hacen actuar a los músculos, pero el Botox no las deja pasar e impide la contracción muscular.
Aplicado en pequeñas dosis y en los puntos adecuados, el Botox produce una relajación muscular, puesto que los tejidos ya no estarán sometidos a esa sustancia.
¿El resultado? Las arrugas desarecerán de la superficie, pues los músculos que las provocan se relajarán. ¡Y el resultado se puede ver en el espejo!
Un avance científico
El componente del Botox era conocido desde hacía más de cien años, pero sólo hasta la década de 1980 se empezó a usar en medicina con excelentes resultados, no solamente en la medicina estética sino también en otros casos donde se requería inhibir el funcionamiento muscular.
Personas que padecen de movimientos involuntarios en su rostro u otra parte del cuerpo, o personas que padecen de sudoración excesiva, tienen en el Botox un aliado médico de primer nivel.
¿Cómo se aplica?
El paciente que es candidato a la aplicación de Botox debe ser evaluado por nuestro equipo de doctores expertos en inyecciones estéticas. A partir de la aprobación, se realizan inyecciones con la cantidad de Toxina Botulínica que se considere necesaria, en los puntos y a la profundidad requerida.
El paciente puede regresar a sus actividades normales inmediatamente después de la aplicación, aunque debe mantener ciertas restricciones durante el primer día, como no hacer ejercicio, tener cuidados con golpes, no beber alcohol ni consumir ciertos medicamentos.
La duración de una aplicación de Botox es de aproximadamente 4 meses, después de lo cual la sustancia es eliminada de manera natural por el organismo sin ningún tipo de complicaciones.
El muy importante que la aplicación de Botox corra a cargo de médicos certificados en procedimientos estéticos, pues solamente ellos tienen el conocimiento y la experiencia para lograr los mejores resultados y evitar cualquier riesgo.
Te invitamos a visitar Vive Spa Médico de Tijuana, donde nuestro staff médico te hará una completa evaluación.